
Caso de éxito
TORRE EL NOGAL, Bogotá
Este es el momento en el que hay que mantener el valor de la propiedad privada en dos vías: Optimizando la inversión y con soluciones de diseño que beneficien a la mayor cantidad de stakeholders. Por eso una remodelación CORRECTAMENTE DISEÑADA de zonas comunes, es una herramienta de alto valor ahora.
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El Diseño Multidimensional es el proceso mediante el cual logramos integrar las tres dimensiones del hombre, física, mental y espiritual con los espacios en los que se mueve, logrando así mejorar su salud, reducir niveles de ansiedad, aumentar su productividad, fortalecer los vínculos sociales y aumentar la expectativa de vida.
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En un edificio de cincuenta años de construido, en uno de los barrios más exclusivos de Bogotá, aplicamos este concepto para la remodelación de sus zonas comunes y lo que inicialmente era una idea para hacerle una renovación a la portería principal, terminó siendo un proyecto de remodelación total de la misma, así como de los dos halles de acceso y las escaleras internas de servicio, en una primera fase. La segunda fase, que está en proyecto, busca integrar estos espacios con otros que se encuentran a casi tres pisos de diferencia a través de circulaciones verticales y un gran jardín aéreo privado en una terraza (actual cubierta) que ofrecerá una vista espectacular hacia el occidente de la ciudad.
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Con esta propuesta, se logrará incorporar en un edificio viejo amenidades superiores a las de un edificio contemporáneo, aprovechando las bondades del buen diseño y así mejorar las condiciones de vida de los residente y valorizar las unidades.
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Los edificios de esta edad resultan ser muy nobles cuando se van a intervenir por la calidad de los conceptos de diseño que se manejaban antes, seguramente desde una mayor rigurosidad, por eso hay que tratarlos con respeto. Y cuando esto se logra, son muy agradecidos en el resultado final. Es así como logramos CONSTRUIR VALOR.
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Los conceptos arquitectónicos se mantuvieron, se mejoraron las relaciones entre los espacios desde el punto de vista estético incorporando materiales como el mármol verde, que parece negro, en el piso y en el mesón de recepción, así como el mármol beige (trigo) en las paredes enmarcado en elementos estructurales del edificio donde se rescató la estructura de concreto original para dejarla a la vista y todo apoyado en un diseño de iluminación, creando un escenario de entrada al edificio.
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Se ampliaron las dimensiones de las puertas para permitir un acceso más cómodo a las personas de edad o en condición de discapacidad y se reemplazaron las puertas por unas en madera y vidrio opalizado para permitir el ingreso de luz en ambos sentidos de los espacios.
Se logró en la fachada de la portería principal integrar estos materiales, mármol, madera y vidrio, a una exigencia del cliente, la seguridad. Respetando la esencia de cada material, se diseñó un hall lleno de luz natural y aire, enmarcado en vidrios blindados y una puerta principal con una estructura interna de alta seguridad, acabado exterior en madera natural y manijas en acero inoxidable. Apoyado además, en soluciones tecnológicas de seguridad y control de movimientos. Esta es la primera imagen del edificio tanto para residentes y visitantes, así como para potenciales compradores y arrendadores.
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Con esta intervención, asumida por todos los copropietarios en el tiempo a través de unos recursos que el edificio tenía disponibles gracias a una buena gestión de la administración y el concejo, se ha logrado mantener el valor de los apartamentos, así como una poca vacancia cuando alguno sale al mercado, reduciendo el riesgo de lucro cesante y se ha optimizado la inversión a través del buen diseño.

